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Análisis iconográfico de una pintura del Museo del Banco de la República.


La imagen que analizaré es “la madonna” de Gian Francesco Maineri, realizada en Italia a finales del siglo XV. Esta obra particularmente, posee una gran cantidad de iconografía general de los estilos renacentistas del norte de Italia[1]; esto se debe a que Maineri, perteneció a un conjunto de artistas renacentistas que estaban dedicados a la producción en masa de piezas religiosas ofrecidas mayormente a adinerados patricios de ciudades cercanas, quienes adquirían este arte para valorar su prestigio social.


La estandarización en los modelos de este arte, produjo evidentemente obras similares tanto en su composición, como en la distribución de los elementos en el cuadro y las características de cada personaje, es decir, la posición de sus manos, las expresiones del rostro y la caracterización de sus atributos particulares[2]. Al observar los personajes principales del cuadro, María y el niño, podemos observar de primera medida la diferencia entre sus aspectos, la cara del niño, regordeta y un poco colorada, se asemeja más a los cuadros clásicos del renacimiento italiano que exponen la belleza de una forma simétrica y natural, en contraste con el rostro de María, que tiene sin lugar a dudas una influencia del arte holandés, un rostro frío y frígido que nos remonta de inmediato a los retratos de Jan Van Eyck, pintor flamenco que vivió entre los siglos XIV y XV.


Esta obra pertenece a la serie de figuras marianas consolidadas alrededor del siglo XI por la iglesia, es conocida dentro de la categoría “Hedogetria” que significa “la que muestra el camino”. La diferencia más notable que tiene esta categoría en contraste con las producciones más antiguas de la figura de María, se concentra, en primera medida, en la posición del niño descansando sobre su brazo, característica que fue acogida durante el siglo XII, al igual que la posición de los dedos de su mano izquierda y el recorte de medio cuerpo que hasta el día de hoy es bastante común en las representaciones pictóricas de primeros planos de María.


Lo que nos ofrece Maineri en su Madonna, es la representación fiel de la imagen de adoración a la virgen que se había establecido desde el siglo XI, vemos en esta obra, el contenido iconográfico con el que fue difundido el mensaje mariano desde la época medievalidad hasta los primeros vestigios del renacimiento; En la parte izquierda superior del cuadro, encontramos un edificio que, en miniatura, contiene una cantidad de personas que sostienen una bandera[3] en la parte superior del edificio, esta imagen evoca las procesiones de la “asunción” de la virgen, que para la época ya eran una constante de los católicos.


En la parte inferior izquierda del cuadro, en la base del edificio anteriormente descrito, se encuentra la imagen de la muerte de San Sebastián, uno de los primeros mártires de la religión cristiana, católica y ortodoxa, que se encuentra allí como parte del discurso en segundo plano que Maineri nos muestra, pues San Sebastían, junto con San Jerónimo –representado, solitario entre unas montañas, en la parte superior derecha de cuadro- son bases fundamentales para el entendimiento del dogma católico; Ambos nacieron en el imperio romano y fueron constantes representaciones en el primer arte de difusión de la religión católica[4], ambos, mártires y padres de la iglesia, complementan perfectamente este cuadro, que está lleno de las representaciones más originales e innovadoras para el siglo XV y que, sin duda alguna, hará parte de las obras renombradas de los artistas italianos del renacimiento que se conservan maravillosamente en Colombia.



[1] Tomado de : http://www.banrepcultural.org/coleccion-de-arte-banco-de-la-republica/articulos/las-madonnas-de-gian-francesco-maineri-y-antonio-acero-de-la-cruz.


[2] Arranz E. Clemente. Cien rostros de María. Editorial San Pablo. 1998.


[3] Esta bandera era utilizada en las fachadas de las iglesias para recibir las procesiones marianas, reconocida como icono de “Santa María Nova”, Tomado de: M, Carmona. Manuel. Iconografía cristiana, guía para estudiantes. Editorial Akal. 2008. Página 67.


[4] Boticelli, El Greco y Rafael, tienen en su obra grandes representaciones de éstos santos.







Bibliografía.


  • Arranz E. Clemente. Cien rostros de María. Editorial San Pablo. 1998.


  • M, Carmona. Manuel. Iconografía cristiana, guía para estudiantes. Editorial Akal. 2008.


  • VV.AA. Diccionario de Iconografía y arte cristiano. Editorial Akal. 2002.


  • http://www.banrepcultural.org/coleccion-de-arte-banco-de-la-republica/articulos/las-madonnas-de-gian-francesco-maineri-y-antonio-acero-de-la-cruz.




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